¿Qué tienen qué ver las redes sociales en la polarización? Lucas Malaspina expuso al Cinexcusa, a partir de la película polaca The Hater y desde un análisis como consultor en comunicación política, cómo la vida virtual al ser una extensión de la vida física, influye en la política.
Por Gustavo Patiño
The Hater, como lo afirma Malaspina, logra poner de relieve la discusión sobre la fe y la manipulación de la opinión pública a partir de los ‘boots’ y los ‘trolls’ o perfiles falsos en las redes sociales, “pone de relieve un poco cómo funcionan algunas de estas máquinas de generación de odio en las redes sociales”.
“El odio y la apropiación de mensajes de odio en la búsqueda sistemática de la desacreditación de la imagen de organizaciones, es algo que no es exclusivo de la política y aunque The Hater no lo trata específicamente, esto es una primera observación relevante que me parece para poder entender un poco de qué va este este nuevo cuadro tóxico que observamos hace ya varios años”, afirma el consultor en comunicaciones argentino.
Malaspina niega que la manipulación de la población a partir de mensajes de odio y falsos sea algo que haya surgido con las redes sociales, “eso es algo muy importante para tener presente porque detrás de lo que tiene que ver con esta discusión sobre el rol de las redes sociales en la opinión pública y su conexión con la manipulación de las noticias falsas, etc. hay también intereses de otros lados que son significativos y que no podemos desatender”.
Ya existía
Según Lucas Malaspina, es un tipo de operación mediática que data de hace mucho tiempo, “para tomar un ejemplo histórico podemos recordar los cobros en la Rusia zarista que fueron impulsados a partir de un mensaje creado artificiosamente, un llamado protocolo de los sabios que buscaba hacer creer a los habitantes de Rusia que los judíos querían perjudicar los intereses de los nativos”.
Lo que sucede con las redes sociales, es que éstas tienen una capacidad mucho más alta en la propagación de este tipo de mensajes de manipulación y han minado el poder de los medios de comunicación tradicionales para incidir en la población, “los medios de comunicación ya lo estaban haciendo, solo que ahora se utilizan casos como el del Brexit o la elección de Trump, donde se ha denunciado fuertemente la responsabilidad de las redes sociales en la polarización de la sociedad a partir de las fake news y el uso que Cambridge Analitycs realizó de ellas para segmentar a la población a través del Big Data y, de esta manera, generar la polarización que le permitiera a Trump ganar las elecciones contra Hilary. Entonces no podemos más que sorprendernos cuando los medios de comunicación tradicionales, que son los que siempre han hecho este tipo de campañas, sean los que denuncian esto”.
Ecosistemas polarizadores
En cuanto a los trolls, Malaspina señala que ya todos los usuarios de las redes sociales hemos sabido identificar los perfiles falsos cuando realizan comentarios negativos y reconoce que hay momentos en los que nosotros mismos nos convertimos en trolls, lo que tiene importancia según el profesional de las comunicaciones es cómo estos y las redes sociales son determinantes en la creación de ecosistemas que generan la polarización frente a un tema, campaña o personaje público, “uno no puede atribuirle la responsabilidad, al menos en nuestra visión, de la destrucción de la democracia, de la polarización política, que tiene causas mucho más profundas y que en realidad si uno asumiera de ciertas visiones que se desarrollan a partir de estos análisis que consideramos simplistas, estaríamos dejando de lado un montón de otras causas que son muy importantes justamente para quienes participan en los movimientos sociales, en las luchas sociales y que no pueden simplemente reducirlas a las redes. Diciéndolo de una manera coloquial: la culpa no es del chancho, sino del que le da de comer. La culpa no es del troll, sino del que le da de comer”.
Nuestro sesgo cognitivo
La potencia de las fake news está, afirma Malaspina, en el sesgo cognitivo pues “los sesgos cognitivos son atajos mentales que evolutivamente han sido útiles porque nos han permitido tomar decisiones de forma más rápida, es decir llenamos el vacío de contenido en nuestra información completamos con prejuicios y con creencias previas para poder resolver cosas en nuestra vida cotidiana y en la medida en que el contenido poder que nos topamos confirma estas creencias previas llenamos ese vacío de información lo completamos con estos prejuicios y entonces nos vemos más motivados a compartirlo en las redes sociales producto de que además esto no genera la satisfacción de tener razón”, es por esto que las fake news deben apalancarse en una población muy robusta, con muchos prejuicios comunes.
Entonces, es aquí donde el ponente señala la importancia de que, quienes adelantan las luchas sociales tengan muy en cuenta cómo el marketing, porque es una forma de marketing, desarrolla estos ecosistemas, “los luchadores sociales deben tener en cuenta esto para que los mensajes no terminen diluyéndose, pues la comunicación es parte de la política, no son cosas separadas y por lo tanto se necesita realzar y volver a poner en primer lugar la cuestión del programa, es decir, el estudio de la correlación de fuerzas para el poder intentar desarrollar los objetivos que se propongan”.